Sin duda, la eliminación del papel en la operativa de las empresas es la parte de la transformación digital que genera unos ahorros de coste y mejora de la eficiencia más inmediatos. Sin papeles, con flujos de trabajo completamente digitales, nuestras empresas ganan en agilidad, pueden afrontan procesos de simplificación administrativa (reingeniería de procesos), cuentan con históricos que pueden utilizarse en procesos analíticos o de big data, etc., y todo ello ahorrando el tiempo y dinero asociados al papel: archivado, impresión, escaneo, equipamiento y el propio papel.
No obstante, no todos los procesos pueden ser digitalizados eliminando el papel por medios habituales, aquellos que necesitan una firma con validez legal deben contar con un equivalente digital: La firma electrónica.
La firma electrónica, en sus múltiples variantes, nos permite eliminar el papel con plenas garantías legales. Con independencia de la importancia del documento firmado, encontraremos una variante de firma electrónica adecuada para él, con las mismas garantías (o incluso mayores) que sus equivalentes en papel.